Como parte de
una sociedad diversa donde el binarismo machista pretende ocultar las condiciones
sexuales transgresoras y lucha por
preservar las ya institucionalizadas conductas
de abuso, maltrato, cosificación, estigmatización y opresión, manifiesto:
"Puta"
es la expresión cliché usada por
quienes pretenden señalar a las mujeres que han asumido conductas de libertad y
autonomía sexual; más aún cuando se trata de la búsqueda del placer femenino; y
que buscan reprimir conductas insumisas, que rompen con la dinámica social del
silencio ante las libertades de las que deberíamos gozar todas las mujeres.
Preocupante
es que frente a la represión, estigmatización y conculcación de los derechos
sexuales, no sexuales y reproductivos (o no) se encuentran justificaciones de
tipo familiar, social, mediático y judicial
que afirman que la violencia sexual y de género es auto provocada por las
actitudes de ‘no sumisión’ por parte de
las mujeres y cuerpos feminizados.
Frente a los
casos de ‘castigo’ hacia los cuerpos femeninos infligidos a modo de perpetuar
ideas de pertenencia, obediencia y control, digo basta, porque los asesinatos,
violaciones, feminicidios, mutilaciones o cualquier forma de violencia absurda contra
mujeres, y otros/as disidentes del género y la sexualidad binaria y machista,
no atentan aisladamente contra esos cuerpos específicos, sino sistemáticamente
contra los grupos y colectivos que estos representan; y en general a la sociedad
donde estas ideas se inculcan y se fomentan.
Creo que
llegó la hora de re-definir la palabra PUTA; llegó la hora de apropiarnos del
término para que nunca más nos duela; que nunca más sea utilizada instrumento
de estigmatización y represión, es la hora de quitarle poder a los que se creen
con el derecho de señalar y en consecuencia se sienten atribuidos de facultades
para dogmatizar y suprimir el deseo, el placer y la disidencia sexual. Es hora
de exigir un alto a la violencia y libertad para ejercer la auto-determinación
de nuestra sexualidad y nuestro ser femenino.
Todos somos
responsables de combatir los estereotipos y tenemos el deber de levantar la voz
hasta que la sociedad y sus instituciones asuman su responsabilidad frente a
los casos de violencia en todas sus formas y se deje de lado la clasificación
de las víctimas como “putas”, “zorras” y cualquier otro sinónimo de tipo
peyorativo; para que se nos vea como personas que merecen tutela, protección,
igualdad y respeto.
Confieso ser
puta porque soy como las mujeres que han decidido libremente sobre su sexo y no
dejaré que se me reprima con ideas erradas sobre mi femineidad y aquello que la
sociedad espera de mí. Soy puta porque la forma en la que me visto no es una
invitación a que se me falte el respeto, porque no tolero que alguien más mande
en mi vida, por que decidí no tener más hijos, porque me amo y solo yo puedo
decidir a quién amar; soy puta porque declaro la independencia sobre mi cuerpo,
mis ideas, mi economía y mi destino.
Rechazo la estigmatización, la violencia y la
represión. Soy puta… y qué?
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